Codificadas con Chip

Aproximadamente en el año 1995 se incorporó como medida de seguridad en automoción las llaves codificadas con chip o transpondedor.

La finalidad del uso de ésta tecnología en la automoción es la de intentar proteger los vehículos frente a los robos.

Aunque las llaves por su aspecto parezcan llaves normales, en su interior se encuentra alojado un «chip» que apenas mide unos milímetros

Estos chips almacenan unos pocos bits de información relativa al vehículo que durante la puesta en contacto de la llave intercambian información con él para habilitar la puesta en marcha.

Por su forma existen básicamente tres tipos, de carbón, de cristal o de circuito integrado.

Cuando se realiza un duplicado de la llave de un coche es necesario copiar o codificar este chip, si no se hace el vehículo no arrancará. Es éste componente, y la inversión en tecnología que haga posible su copia o codificación, el que eleva el precio final de llave.