La incorporación de mandos codificados para los coches fue un gran avance en confort.

La posibilidad de abrir la puerta de nuestro coche con tan solo pulsar un botón fue toda una revolución.

En un primer momento se implantaron las llaves con mando con sistema de infrarrojos, cuyo funcionamiento consiste en el intercambio de información entre emisor y receptor mediante una luz infrarroja, no visible para el ojo humano. El uso de este sistema aportaba confort pero su rango de funcionamiento era bajo, de apenas unos pocos metros, siendo necesario aproximar mucho el emisor al receptor.

Como sucesor apareció el mando con sistema de radio frecuencia, cuyo funcionamiento es básicamente el mismo, pero la comunicación en vez de producirse por una luz infrarroja se produce por ondas electromagnéticas. Estas frecuencias en el mundo de la automoción normalmente se encuentran en las bandas de 315MHZ, 433MHZ y 868MHZ.

Como cualquier elemento de confort para la vida humana tiene un precio.

En este caso su relativa complejidad en ingeniería electrónica eleva el precio de la llave, aproximadamente al doble con respecto a una llave que sólo incorpore transponedor.