Cuando aparecieron las «Smart Keys» algunas marcas de coche apostaron por el formato tipo tarjeta. Marcas como Lexus, Mazda o Nissan han usado éste modelo en alguno de sus coches. Pero sin duda las más conocidas son las tarjetas de Renault. Desde el año 2004 prácticamente todos los turismos de la marca usan tarjetas con o sin función «Manos libres».

El problema de usar este formato es que por su naturaleza física los circuitos internos son mas vulnerables. Al doblar accidentalmente la tarjeta mientras la llevamos en el bolsillo tienden a romperse las soldaduras y los componentes electrónicos.

Si eres propietario de un Renault con tarjeta es mas que probable que hayas necesitado, o en este momento quizás necesites una tarjeta nueva.

Pese a que la tarjeta en si no es un elemento de alto coste, el hecho de se ser una «Smart Key» encarece el precio. Si ademas incorpora la función manos libres posiblemente nos cueste un 20% mas.

Aunque en apariencia la codificación parezca un proceso sencillo pueden aparecer complicaciones y dejar inutilizable el vehículo. A la hora de realizar el desembolso debemos tener en cuenta el equipo para programar dichas llaves, la maquinaría para tallar el espadín de seguridad y la mano de obra cualificada para tratar con un complejo sistema de inmovilizador.